A CIELO ABIERTO
12° Festival Internacional
de Poesía de Valparaíso
Poéticas de lo común
Neruda, Mistral, Huidobro, De Rokha, Parra. Las cimas de esa cordillera que sería la poesía chilena. A contracorriente de esta metáfora de las alturas, Gonzalo Millán y su revista El Espíritu del Valle propusieron recuperar la topografía del llano. Así comienza el texto editorial del primer número de la revista: "Recuperamos la noción del valle por un imperativo de realismo poético. Espacio de superficie y asentamiento. Zona neutra, perfecta para el desenvolvimiento de la manifestación, es decir, de toda creación y progreso material y espiritual. Porque a causa de su carácter fértil, en oposición al desierto y al océano, así como a las altas montañas, el valle es el símbolo de la vida misma".
Buscar la poesía allí donde realmente se hace y sucede. Allí donde puede cultivarse, en terreno fértil. La poesía como una especie de agricultura, siembra y cosecha, una labor imposible en la aridez de la alta montaña: "Considerar nuestra tradición, no sólo con los criterios habituales, por la línea de las altas cumbres, el alcance de sus vastedades, por lo insondable de sus simas, sino asimismo por el conjunto de todos los poetas que han aportado y aportarán su cuota de originalidad a la ya definida personalidad común".
En esta nueva versión del festival queremos compartir esta comprensión de la poesía como un trabajo colectivo. Como el esfuerzo mancomunado de poetas mayores y menores, jóvenes y no tanto. De lo que se trata es de superar el culto a las grandes personalidades para leer las escrituras y las prácticas poéticas como momentos de una construcción mayor, de una poética común.
Quien practica el espíritu del valle y permanece en el llano, en los sitios de poblamiento, en vez de jerarquías establece relaciones. Formas de conexión con la comunidad en que su labor tiene lugar. Su modo de comprender y practicar la creación y la crítica se definen por esa búsqueda de contacto e intercambio.
Enfrentada la poesía chilena a un tiempo donde el egotismo, la competencia y la segregación dominan el paisaje social y cultural, hemos querido rescatar la memoria de Millán y su revista. Reafirmamos el espíritu del valle: "Permanece la intención de recoger lo disperso y rescatar lo olvidado, de aquí y de allá. Se mantiene la disposición receptiva hacia el presente y el pasado, lo propio y lo ajeno. Persiste por último la aspiración a una permanente libertad creativa y crítica".